Por: David Fridman
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Se supone que este post debería de hablar de un viaje que hice a Disney hace unas semanas con unos amigos. Cambió la situación y ahora voy a hablarles de por qué no deben de cancelar su viaje a la Ciudad de México. Y de que si no tenían planeado venir a la Ciudad de México, ahora más que nunca deberían de planear un viaje a la Ciudad de México.
De ahora en adelante le voy a decir México nada más.
Entiendo – y es perfectamente aceptable – que exista el miedo de venir a una ciudad donde hubo dos temblores fuertes en menos de una semana. Pues sí, obviamente da miedo, ni que estuvieran tontos. No son Ironman. Pero a unas semanas de que nos pegó el fuerte, ese que llevábamos 32 años esperando, México se siente diferente.
Fue feo. Horrible. Fue una gran tragedia. Hay mucho caos. Pero ahora es cuando México necesita más de el apoyo de cuanto turista se anime.
Yo he vivido en esta ciudad desde que nací y les puedo decir que ni siquiera cuando México gana un partido en el Mundial se siente una energía de apoyo, de amor, de humanidad compartida por todos los que están a la redonda.
Si nos dio en la madre pero estamos de pie y vamos a salir de esta. Las atracciones turísticas están abiertas. Los restaurantes están recibiendo a todos con una sonrisota de oreja a oreja. Los taxistas ponen la música que quieran y hacen pláticas bonitas de cómo nos vamos a chingar al pinche gobierno.
Los que ya tenían viajes planeados, no los cancelen. Si su preocupación es quedarse en la Condesa-Roma (de las áreas mas afectadas en #19S), revisen con su anfitrión, ya sea hotel, hostal, hotel boutique, ervienvi o aledaños para ver la situación del #inmueble. Se han hecho revisiones exhaustivas de los edificios para confirmar y corroborar su seguridad. Y si de plano no les late eso, pueden irse a Polanco donde no pasó nada grave. También es bonito, tiene restaurantes y bares y acaban de remodelar unas calles que las dejaron como si fuera Europa, y mi hermana vive ahí, o sea que esta chido. También tienen la opción de quedarse en un hotel. No solo bajaron los precios, también están 100% asegurados de que la construcción es segura y aparte les dan los jaboncitos chiquitos de cortesía.
Yo no sé ustedes, pero a mi sí me gustaría ir a una ciudad en la que la ferretería de la esquina dona todo su inventario para los rescatistas, donde los niños de 4 años aprenden a hacer sándwiches en chinga para mandarlos a los rescatistas y donde la gente se forma en el rayo del sol para poder empezar a levantar escombros; los perros se convierten en héroes, y la gente le mienta la madre al idiota del gobernador que va a tomarse la foto en lugar de ensuciarse las manos ayudando y lo corren a gritos. Amo que lo corrieron a gritos y el imbécil no sabía si reír o que porque lo estaban grabando las cámaras.
IMPORTANTE: el maguey sigue dando tequila o sea que hay suficiente.
Si alguna vez hubo mejor momento para visitar México es este. No solo por venir a conocer, pero también para ayudar a levantar a un país y a una ciudad que lejos de revolcarse en la desgracia y hacerse la víctima, lucha por salir adelante y no solo regresar a la misma vida de antes, sino a una vida mejor con un país mucho más chingón. México cambió y esta es una oportunidad única de ver y vivir ese cambio en carne propia y en vivo y en una de esas unirse a una protesta y mentarle la madre a su partido de preferencia.
¡¡VÉNGAN A VISITAR Y SIENTAN EL AMOR CABRONES!!
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