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Las aventuras de Karla y Paco

Hola, somos KARLA Y PACO, una chica mexicana de 23 años y un perrito chihuahua, y esta es nuestra historia…

Hace 5 años la vida nos hizo coincidir, rescaté a Paco de la calle en mi ciudad, y desde entonces somos inseparables.  

Hace algunos meses nos atrevimos a volar y crear una aventura juntos. Decidimos estudiar en Santiago de Compostela, España, durante algunos meses y conocer algunos rincones del mundo, caminar sin límite, sentir a la tierra, bailar con el viento y abrazar la vida, pero sobre todo nuestra meta se resumía en casi 1000 km, 40 días y un camino entre las montañas de la costa norte de España, así es; el Camino de Santiago.

Llegó el día, Santiago de Compostela nos abrió sus brazos para vivir en ellos durante los próximos meses. Conocimos algunos lugares en el norte de Galicia, aprovechamos para viajar a Portugal, conocer un poco de nuestros alrededores y sobre todo, prepararnos para el gran camino.

Así pasaron los próximos meses, caminando el mundo, descubriendo cosas nuevas, abrazándonos mucho.

Pasaron casi 5 meses de constantes retos para un mundo que no está preparado para respetar a los animales, retos llenos de grandes aventuras.

Llegó junio y nosotros listos para comenzar la gran aventura; recorrer la costa norte de España.

Durante casi 40 días estuvimos caminando todos el tiempo, con un promedio de 30 km diarios. ¡Una locura!

Conocimos otras culturas, hicimos grandes amigos, nos llenamos de historia y de vida. Recorrimos un país, nos corrieron de albergues, casi nos comen lobos, dormimos en una casa de campaña durante más de 30 días. Conocimos las montañas de Francia, le cantamos a las estrellas del mar Cantábrico, comimos disfrutando del primer atardecer en el País Vasco. Todas las noches buscamos un nuevo lugar para ver las estrellas, cada día comimos en un lugar distinto, nos regalaron sardinas,  nos corrieron de la playa, nunca teníamos en donde dormir, nos perdimos, conocimos Bilbao, Irún, Santander, picos de Europa, nadamos en las aguas frías de Potes, conocimos cada día más de 6 pueblos diferentes, nos perdimos entre las ciudades, caminamos bosques y playas, nos duchamos en ríos y mares durante varios días, dormíamos entre árboles y estrellas, cambiamos de camino y ya no era solo la costa norte de España, era camino entre los picos de Europa y camino primitivo.

Caminamos hasta que el cuerpo no podía más, compartíamos la mesa con personas de todo el mundo, Madagascar, Alemania, Suecia, Bélgica, Chile, EEUU, Francia, España, Portugal, Brasil, Marruecos, Finlandia, Japón.

Conocimos tantos caminos, nos abrieron la puerta tantas personas, nos abrazaron tantas almas, nos sonrió la vida tantas veces,  caminamos tantas veces sin rumbo, tocamos cimas, lloramos tantas veces, seguimos el camino de las estrellas y llegamos a Finisterre (el fin de la tierra y el principio del cielo), tocamos la gloria. Estábamos cansados, hartos, felices, de todo. Brincamos de alegría, desesperación y cansancio. Pero estábamos vibrando, mucho. Aprendimos a caminar; caminar la vida. 

Me encantaría escribirles cada aventura, cada kilómetro caminado, cada instante, cada momento, para que se emocionen tanto y agarren esa mochila y se vayan rápido, muy rápido a crear su propia historia con ese ser tan especial que tanto aman. Que se dejen de interrogar, y olviden su miedo y salgan de esa zona de confort que tanto nos ahoga.  Y, por favor, no me pregunten, ¿tenías miedo? Porque sí lo tuve, ¿eres rica? No soy rica, dormí en la calle varios días, me bañé en ríos y pocos días pude elegir mi comida, ¿viajar con mascota es complicado? Sí, muuuy complicado, pero todo vale la pena. Todas las dudas que se puedan imaginar las tuve, también todos los miedos que se puedan pasar por su cabeza. Pero estaba completamente segura de querer hacerlo, de ser tremendamente feliz y escribir una historia a lado del ser que más amo en este planeta.

Así que espero que pronto ustedes me cuenten su aventura y así ir sumando historias para gritarle al mundo lo hermoso que es arriesgarse y que todo salga bien. ¡Que todo es absolutamente posible! Y si no, imaginen solo esto: ¿Quién diría que Paco, un perrito que vivía en la calle, años después recorrería un país al otro lado del mundo?