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La vida tiene que seguir

Este viaje por Europa estuve a punto de cancelarlo porque había perdido un ser querido. Sin embargo, toda mi familia insistió en que continuara con lo planeado.

Por: IRENE BEATRIZ LAVERGNE GUERRA

Este viaje por Europa estuve a punto de cancelarlo porque había perdido un ser querido. Sin embargo, toda mi familia insistió en que continuara con lo planeado.

Realmente valió la pena, estos recuerdos son los que quedan grabados en nuestra mente para siempre. Mis compañeras de aventura: Diana y Beatriz (amigas del trabajo).

La primera ciudad a la que llegamos fue Paris, una ciudad hermosa, muy limpia y con mucho estilo y glamour. Los franceses son muy amables. Ahí nos paso algo curioso a pesar que hablo un poquito de francés, en el metro no podíamos encontrar la salida. Estuvimos un buen rato tratando de salir y aunque buscábamos los letreros que dijeran Sortie no se qué pasaba pero dábamos vueltas y vueltas y siempre llegábamos al mismo lugar. Fue muy divertido y finalmente 15 minutos después pudimos salir. Les recomiendo muchísimo esta ciudad. Además hay Disney, con solo tomar un tren llegas.

La nieve aparece en nuestra llegada a Innsbruck en Austria, maravillosa. También estuvimos en Rotemburgo, Alemania. La ciudad es muy linda pero definitivamente los alemanes son muy fríos, eso le quita un poco de gracia a la ciudad.

Nuestro siguiente destino Italia. Estuvimos en Verona, Padua, Roma todas muy bonitas. Llego el miércoles y en nuestra agenda continuaba el Vaticano, contamos con la suerte que ese día había audiencia papal (todos los miércoles hay), así que pudimos ver al papa Benedicto.

Estuvimos en Asís, allí fuimos al monasterio de San Francisco de Asís, muy lindo. (Ahora está de moda) y precisamente en ese lugar vivimos otra gran aventura, Diana una de mis compañeras de viaje se torció el tobillo subiendo unas escaleras. Ella haciéndose la fuerte como siempre pero en la noche ya no aguanto el dolor y tuvimos que conocer un hospital italiano. Lo más chistoso de todo es que Diana había hecho un curso de Italiano y cuando llegamos al hospital no fue capaz de explicarle al médico lo que le pasaba y me toco a mi ir al rescate con el inglés porque yo si de italiano, nada. Qué risa y todo el viaje la molestamos con su famoso curso de italiano.

Siguiente destino, Venecia. Estábamos un poco predispuestas porque nos habían comentado que la ciudad mantenía un mal olor por lo de estar cubierta de agua pero era mentira. La pasamos súper bien allí, es un lugar encantador. No hay carros porque las calles son agua, así que el medio de transporte es la góndola. Y la comida, exquisita. Bueno, esto solo en la parte turística porque Venecia está compuesta por varias islas y justo al frente hay una que si tiene carreteras, autos y es donde viven los locales realmente.

El recorrido entre una ciudad y otra lo hicimos en un bus turístico, por cierto, la mayoría de los turistas eran mexicanos, incluso un sacerdote (Íbamos protegidos). Las únicas colombianas éramos nosotras.

Durante los traslados vimos paisajes hermosísimos… vale la pena.