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Hasta la próxima Chile

Mi relato comienza desde el momento de apartar los boletos de avión, sería mi segundo viaje a Chile, el primero en noviembre del 2012, y el próximo, exactamente un año después.

Autor: Martín Hernández

Mi relato comienza desde el momento de apartar los boletos de avión, sería mi segundo viaje a Chile, el primero en noviembre del 2012, y el próximo, exactamente un año después.

La duda quedaba, ¿sería bueno regresar o visitar un nuevo país?  Esa interrogante se despejó en el instante en que llamé a mi amiga Lupita, mexicana, que vive enCuricó, Chile con su familia, para avisarle que la reservación de los vuelos estaba lista para dentro de 6 meses. A partir de ahí empezó la cuenta regresiva, y como se dice… ” No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue “.

Un par de semanas antes del viaje, me recomendaron el libro de Isabel Allende “El Cuaderno de Maya”, que habla de lugares interesantes de Chile, lo devoré en 5 días (gracias Lorena!!).

El viaje tranquilo, yo emocionado por ver a mi amiga y su familia, quienes nos recibieron con los brazos abiertos y llenos de ideas y propuestas para visitar y conocer. Cabe mencionar que no llevábamos un itinerario, sino lo que fuera saliendo en el camino, sólo una idea, visitar Punta Arenas, la ciudad austral. Ese era el objetivo que no se logró, pero sigue pendiente para el próximo viaje.

Nos recomendaron visitar Puerto Montt y sus alrededores, al sur de Chile, en la Región de los Lagos.

Día uno. Fue un viaje de aproximadamente 11 horas en autobus desde Curicó, llegando a Puerto Montt a las 5 am. Nos recibió una mañana nublada, lluvia ligera, fuerte viento y frío. Lo opuesto a lo que estamoas acostumbrados en HermosilloMéxico.

Muy bonita ciudad, al correr del día se llena de vida, gente amable, paisajes, comida y con el vigilante e imponente volcán Calbuco por un lado y el inmenso mar por el otro.  El recorrido a pie por la costanera nos llevó directo al Mercado Típico Angelmó, a la orilla del mar con coloridas barcazas esperando la siguiente marea alta para salir a navegar.  El mercado con edificación de madera pintadas en rojo, donde se distinguen los colores, aromas y sabores de la región: mariscos, quesos artesanales y sobre todo, una de las joyas de Puerto Montt, el salmón.

Dia dos. Tomamos un tour a Chiloé, la isla grande de Chile. Y empieza la aventura que no estaba programada: la misma isla que describe el libro. El viaje en ferry para llegar a la isla, la brisa y lluvia fría en el rostro no fue suficiente para calmar los ánimos ni la emoción, todo lo contrario, otra experiencia. Con el transcurso de la mañana el sol calentó un poco el día, lo suficiente para disfrutar los paisajes que nos regalaba este maravilloso país.

Primera parada en Chiloé, Ancud, para caminar y conocer, después Dalcahue, para degustar lo típico de la gastronomía chilota, el curanto, mezcla de diferentes tipos de mariscos, papa, pollo y carne, acompañada de un Pisco Sour, la bebida tradicional chilena. Y por último, Castro, la ciudad más grande de Chiloé, tercer ciudad más antigua del pais, donde visitamos la impresionante iglesia Parroquial San Francisco de Castro (Patrimonio de la Humanidad) y los Palafitos, casas multicolores a la orilla del mar, construidas sobre pilotes de madera. 

 Dia tres. Frutillar, aproximadamente 15 a 20 minutos al norte de Puerto Montt, una peqúeña y tranquila ciudad-balneario, con tradiciones y construcciones típicasalemanas, por sus fundadores. A orilla del bello y gigante lago Llanquihue, con su pequeño muelle de madera, el hermoso Teatro del Lago, que lleva a sus invitados a unos pasos dentro del mismo y, por si fuera poco, el impresionante Volcán Osorno en el horizonte.  Después de recorrer Frutillar, la siguiente ciudad en la ruta… Puerto Varas, más vibrante y con más gente en las calles, y de igual manera a la orilla del lago, desde aquí se aprecian los volcanes mencionados.

Con ésto termina, por el momento este viaje. Sin decir adiós a Chile, sino “hasta el proximo noviembre 2014”.