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Fernanda Castillo

A mis 18 años organicé un viaje con mi mejor amiga. El viaje consistía en salir de México llegar a París, de ahí irnos a la India, regresar a París y visitar países como Turquía, República Checa, Hungría, Rumania y Alemania entre otros, en total era mes y medio de viaje.

A mis 18 años organicé un viaje con mi mejor amiga. El viaje consistía en salir de México llegar a París, de ahí irnos a la India, regresar a París y visitar países como Turquía, República Checa, Hungría, Rumania y Alemania entre otros, en total era mes y medio de viaje.  

Debo de comentarles que esto fue hace mucho tiempo yo tenía 18 años y mi amiga 21 (no diré la fecha ya que no quiero revelar mi edad jaja) pero les cuento que todavía no existía la Unión Europea ni el Euro, para que se den una idea. 

La primera anécdota que contaré es la de la India. Un día estábamos mi amiga y yo en una tienda de telas y saris hindús, no recuerdo si en Jaisalmer o Jaipur. El chiste es que estábamos muy entradas comprando cuando de pronto el dueño de la tienda que nos vio comprando ahí nos mandó a llamar a sus oficinas. La verdad es que mi amiga y yo estábamos muy asustadas pero accedimos a ir. Él muy emocionado y un poco presumido nos contaba que era actor y productor de Bollywood, nos contó muchas historias y experiencias de su carrera mientras mandó a traer unas botellas de cerveza con hachis, en ese momento yo me espanté y pude ver que mi amiga también, creo que a las dos nos dio miedo que nos desmayáramos y nos secuestrara pero afortunadamente no pasó nada. 

Ya más adentrados en la plática este señor nos invitó a su casa y estaba súper insistente en que fuéramos, pero al final dijimos que no por miedo y porque seguro tramaba algo muy malo. En lo que trataba de convencernos me pude dar cuenta que los guardaespaldas del dueño de la tienda hablaban con el chofer que mi amiga y yo habíamos contratado para recorrer la India. 

Llegando al hotel le preguntamos al chofer que qué era lo que le habían dicho. Le hicimos varias preguntas en inglés que fueron las siguientes Did he want to take us to dinner? (Quería invitarnos a cenar?) Did he want to invite us somewhere? (Quería invitarnos a algún lugar?), el señor de aproximadamente 70 años muy quitado de la pena nos contestó No, he wanted to f*ck you, kiss you and touch you. (No el quería tener sexo con ustedes, besarlas y tocarlas). La respuesta fue muy fuerte, más viniendo de una persona muy grande, lo cual lo hizo muy chistoso. Lo que sí nos quedó claro es que la India es un país muy abierto en declaraciones sexuales. 

Después de visitar la India, seguimos con nuestro viaje lo cual nos lleva a la segunda anécdota. En lo últimos días de nuestra visita a Turquía todo iba muy bien y estábamos preparadas para nuestra siguiente parada que según recuerdo era Hungría o Praga. Todo iba bien hasta que mi amiga comió algo que al principio le cayó un poco mal. Todo empezó con una pequeña gripa, después un dolor en el estómago que la hizo vomitar por varios días, le dolía el cuerpo horrible y se sentía mal todo el tiempo. Al final le detectaron un rotavirus y tuvo que regresar a México para ser tratada.

Yo a mis 18 escasos años tenía 2 opciones la primera era regresarme con ella y la segunda era continuar el viaje YO SOLA. La verdad es que me había tardado mucho en organizar este viaje por lo cual opté por la opción número 2. Por un momento me dio miedo ya que estaba en países donde no se hablaba tanto inglés pero decidí seguir adelante. 

Llegué a Praga y encontré un hotel u hostal con cuartos mixtos. Al llegar a mi cuarto vi una cama vacía y decidí poner mis cosas ahí y descansar un poco. Ya en la noche me quedé dormida cuando de pronto escuché la puerta abrirse y al voz de un hombre que le decía a otro en inglés: ¿entonces me meto a la cama con ella? En ese momento quería ponerme a llorar porque no sabía lo que pasaba y además porque estaba sola. Sin embargo pude conversar con este chavo y me comentó que era su cama.

Ya en los últimos días de mi viaje en el metro de Frankfurt posiblemente me agarré a bolsazos a uno de seguridad que me pedía el pasaporte pero yo, Fernanda en mi mente de turista, pensé que me lo quería robar, la verdad es que nada más estaba haciendo su trabajo.

Fueron muchas las experiencias que tuve en este viaje pero más grande la experiencia de quedarme yo sola. 

La moraleja de esta anécdota es: nunca comas cosas en Turquía porque te puedes enfermar por un rotavirus y tu viaje se echa a perder (jajajaja no es mala anécdota)

Anécdota verdadera:  los viajes son el mejor acompañante, aprendí a viajar sola y lo puedes disfrutar teniendo la edad que tengas, si me hubiera regresado me hubiera arrepentido. Todas las experiencias son el mejor acompañante que puedes tener. 

Abrazos, Fer. 

Alan Estrada

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