Colaboraciones

Cómo tener el viaje perfecto

Por: Mónica Montoya

“La vida es lo que sucede cuando estás ocupado haciendo otros planes”

John Lennon

A la hora de planear tu viaje seguro quieres que salga lo mejor posible, buscas el lugar ideal, la compañía también es importante y usualmente hacemos listas para no olvidar nada.

Siempre creí que conocería París de la mano de alguien a quien amara, sin embargo, visitar la ciudad del amor fue todo lo contrario a lo planeado, cuando supe en mi trabajo que me iban a enviar a París, estaba emocionada y triste a la vez pues estaba más soltera que nunca, afortunadamente la compañía de mis compañeros hizo más fácil lidiar con esa creencia.

Llegamos por la noche y en la búsqueda de algún lugar para cenar nos encontramos con el Puente de las Artes sobre el río Sena, donde los enamorados colocan candados con sus nombres, cuando estábamos ahí un señor que vendía candados se me acercó y me dijo algo en francés que no entendí, yo pensé que quería venderme uno y con una sonrisa le dije que no, gracias, inmediatamente él colocó un candado abierto en mi mano, sonrió y se fue.

En los pocos días que pasé en París, el cielo estuvo nublado y con lluvia, la verdad la mañana siguiente que desperté, no sentí el amor en el aire, mi padre insistía todos los días en que les mandara una foto con la Torre Eiffel, a veces no encontraba la forma de explicarle (sin sonar pesimista) que el tiempo no se prestaba. ¿Les ha pasado? Que cuando estás lejos tus amistades y familiares están emocionados por saberte de viaje, pero tú en ese preciso momento no te sientes de la misma manera. A veces hasta me percibía culpable por sentirme así, pero comprendí que no era su culpa, a la vez tenían razón pues entendí que, es válido tener días grises, pero es más importante buscar disfrutar.

Los días siguientes me levanté con una mejor actitud dispuesta a dejarme sorprender, así que me uní a mis amigos a explorar.

A pesar de la escasa accesibilidad para sillas de ruedas, es posible transitar París, teniendo precaución pues hay calles empedradas.

Con el paso de los días, mis sentimientos se fueron aclarando junto con el cielo.

En nuestros tiempos libres pude percibir la magia de París, conocí a la famosa Gioconda en el Palacio de Louvre y  probé las delicias de Angelina Tea House.

El día antes de dejar París era mi última oportunidad de conocer la tan anhelada Torre Eiffel y percibí la sensación que brinda la visita de los “dioses viajeros” que Alan Estrada menciona, pues fue el único día (lo juro) que el cielo estuvo totalmente azul y el sol brilló.

Fue estupendamente genial, ese día sin esperarlo, fue perfecto para mí, porque me di cuenta que el amor me rodea en mi familia que llama por teléfono para darme ánimos, en las viejas amistades y en las nuevas, pero más importante el que me doy yo misma y creer que sin importar mi condición física, algún día colocaré el candado en el puente de París.

En lo personal, considero que el viaje soñado no existe, es importante ir preparados, pero al final el viaje va a ser mucho mejor con las experiencias que no esperabas.