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Un año viviendo en Hong Kong

Hace un año llegué a Hong Kong luego de un vuelo de 12 horas desde Europa.

Por: Lilibeth Rivas

Hace un año llegué a Hong Kong luego de un vuelo de 12 horas desde Europa. Es muy raro llegar a una ciudad que nunca antes has visitado, sobre la que conoces muy poco, con dos maletas que contienen todas tus pertenencias y la intención firme de vivir allí por quien sabe cuanto tiempo.

Hong Kong fue realmente una casualidad en mi vida, entre muchas otras casualidades de los últimos 4 años. En un viaje a Chicago me enamoré de un francés al que seguí a Francia, y desde hace un año a Hong Kong; jóvenes y habidos por conocer el mundo, nos estaba empezando a angustiar el pequeño pueblo francés en el que vivíamos, muy tranquilo y silencioso. Una transferencia de lugar de trabajo había sido prometida, así que simplemente esperábamos que la señal fuese dada, varias ciudades sonaban como posibilidades: Nueva York, Ciudad de México, o Sidney. Pero cuando la opción Hong Kong se integró a la conversación, nuestra primera reacción fue ¡No! Tal vez molestos, porque nos hacía ilusión una de las grandes metropolis occidentales, y nunca habíamos soñado con vivir en Asía.

Luego de horas en google, ya no sonaba tan mal: Parece una ciudad con naturaleza — “eso es bueno, tendremos actividades al aire libre los findes”, Parece que hay mucha vida internacional — “muy bien, podremos conseguir amigos fácilmente”, aquí dice que se come muy bien — “Uf menos mal, no puedo comer Noddles todos los días”

Hong Kong es una ciudad apiñada contra las montañas, que ha respetado lo verde, y por eso ha sido construida a lo vertical; es la ciudad con más rascacielos del mundo, es muy fácil no sólo trabajar sino también vivir en un rascacielos. Si, es una jungla de concreto, pero rodeada de naturaleza; más de 200 islas rodean Hong Kong, caminos infinitos de senderismos, montañas en las cuales perderse, cascadas y ríos. Es muy fácil salir de la ciudad y en una menos de una hora estar rodeado de naturaleza.

Esta ciudad se encuentra al Sureste de Asía, pertenece a China pero es administrativamente autónoma; tiene un sistema político, económico y social diferente e independiente, conocido mundialmente como -Un país, dos sistemas-. Conserva rasgos de la administración inglesa, pues estuvo bajo domino inglés hasta el año 1999.

El transporte público conecta perfectamente a la ciudad, siendo uno de los mejores del mundo; es eficiente, rápido, limpio, y seguro. La ciudad cuenta con una de las tasas de violencia más bajas del planeta, puedes caminar sin miedo en medio de la madrugada, nunca te sentirás en peligro; las probabilidades de conseguir tu cartera si las has perdido son muy altas, si dejas tu teléfono en un bar, o en un taxi, probablemente lo recuperarás; a pesar de la densidad poblacional, la ciudad se mantiene excepcionalmente limpia. Los servicios públicos son incluso más eficientes que los privados, puedes resolver casi todo por internet; la burocracia no será un problema en tu estadía.

La integración es relativamente fácil. Muy probablemente todas las comunidades del mundo están representadas aquí. Jamás imaginé conseguir venezolanos en Hong Kong, y son al menos más de 100; por supuesto una comunidad muy pequeña cuando se le compara con el grupo de británicos, franceses, australianos, alemanes…

Hong Kong es la ciudad más excitante donde jamás haya vivido, cosas que hacer las 24 horas del día, siempre hay vida en la calle, siempre está pasando algo, todos los días hay alguien que llega y alguien que se va, comida de todos los rincones del planeta, toda clase actividades.

Esta ciudad te permite tener el estilo de vida que quieras, ¿Vivir en una isla a 30 minutos en ferry del centro de la ciudad? ¡Lo tienes! ¿Vivir en el medio del barrio de fiesta, con toda clase de restaurantes alrededor? ¡Lo tienes! ¿Vivir alejado de todo, en una villa entre la selva, el mar y la montaña? ¡También lo tienes!; espacios para practicar el deporte que se te ocurra, piscinas públicas en cada distrito donde puedes nadar con vistas increíbles; parques urbanos que integran naturaleza y arquitectura; grupos de fotografía, senderismo, lecturas, pintura, escritura, intercambio de idiomas, grupos para almorzar, cenar; la actividad que se te ocurra, muy probablemente la podrás practicar en Hong Kong.

Me gustaría decir que Hong Kong es la ciudad que yo definiría perfecta, entiendo que la ciudad perfecta no existe y es algo completamente subjetivo, pero aún así, está lejos de serlo.

Hong Kong va muy rápido, a un ritmo a veces despiadado; si no has respondido un email a las horas de recibirlo, vas tarde; si no firmas un acuerdo, puede ser que el acuerdo ya no esté disponible minutos después; todo se hace muy rápido y se deshace también.

Esta ciudad tiene una obsesión por el lujo que yo jamás había conocido, las calles y avenidas están repletas de automóviles ultimo modelo; las pasarelas de peatones pasan de un centro comercial a otro, e incluso muchos edificios residenciales parecen hoteles. Hay colas para entrar a tiendas de lujo como Channel, Gucci, Yves St Laurent, Hermes -turistas de China continental que pueden comprar bienes de lujos a un menor precio libres de impuesto.

Hong Kong cuenta con uno de los metros cuadrados más caros del mundo, es fácil pagar más de 1700 USD por un apartamento de 25 metros cuadrados. Los expats tienen un nivel de vida bastante superior al local promedio, luego por supuesto están los millonarios, que tienen un nivel de vida superior a la mayoría de los habitantes del planeta. La desigualdad social es parte de la fibra de la ciudad; los locales deben vivir a más de una hora y media de sus sitios de trabajo para poder acceder a viviendas de menos costo, aún así viven en espacios muy pequeños que a veces comparten con su familia entera.

Fue recientemente que se implementó una especie de fondo de inversión como forma de pensión. Pero generaciones pasadas se encuentran en la calle trabajando, aún con más de 80 y 90 años; no es difícil ver a mujeres y hombres entre 70 y 90 años empujando contra pendiente carritos cargados de cartones, que luego venden a empresas.

El deficit de viviendas a precios accesibles en Hong Kong es un problema real, han pasado a la fama mundial las construcciones ilegales en los techos de edificios, es el equivalente de las favelas en Hong Kong: dueños de edificios industriales construyen en las azoteas de edificios, espacios pequeños donde apenas entra una cama, y los subarrienda. Hay que tener en mente que el verano en Hong Kong es despiadado, va desde Junio hasta Septiembre con temperatura media de 29 grados, alcanzando los 31 grados; con la humedad que sólo agrava la sensación de calor.

En Hong Kong viven más de 140.000 filipinos, la gran mayoría de entre ellos, mujeres. Las mujeres filipinas son empleadas de servicio que viven en la casa de sus empleadores, generalmente familias con hijos que contratan mujeres filipinas para cuidar de sus hijos, hacer las compras, limpiar la casa, o cualquier otro servicio. Estas mujeres viven a tiempo completo en los hogares de sus empleadores, y tienen una pensión mensual de alrededor 500 USD.

El fenómeno de la comunidad filipina es también parte de la fibra de esta sociedad, un domingo cualquiera en el distrito central, puedes ver como miles de filipinas se congregan, se apoderan de los espacios públicos para descansar, jugar cartas, pintarse las uñas, comer, hacer concursos de baile… Muchas filipinas pasan años cuidando de los hijos de sus empleadores, con surte pasan a ser miembros apreciados de las familias que las acogen, otras con menos suerte sufren maltratos diarios.

Hong Kong es una ciudad compleja, rica en cultura y fenómenos sociales dignos de nuestra atención. Es un modelo de desarrollo, al cual hay que tener en vista, pues puede enseñarnos mucho sobre lo que es y lo que no es sustentable.

Con una economía que aún se muestra fuerte, un tasa de desempleo menor al 3%, servicios públicos de primera calidad, una de las esperanzas de vidas más altas del planeta, pero con una mercado inmobiliario inaccesible para la mayoría, que arriesga a llegar a la especulación, una de las brechas sociales más grandes del planeta, el reclamo de los Hongkoneses por democracia, y una intervención cada vez más fuerte de China; es sin duda una ciudad en la que el mundo tiene los ojos puestos, por su futuro poco predecible.

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