Secciones Tú x el Mundo

El día que aprendí a volar

Dejé mi amado trabajo, toda mi rutina y decidí entonces salir por primera vez del país y emprender un viaje sola

Por: Cristina Alvarez 

Desde hace años soñaba con viajar. ¿A dónde? Lo más lejos posible.

A principios del 2014 estuve planeando todo un viaje con una de mis amigas, pero a final de cuentas, por razones de fuerza mayor, no pudo acompañarme y fue ahí donde me di cuenta que tenía un enorme terror con irme sola, fui cobarde y me quedé a llorar por lo que estaba dejando de hacer.

A finales del 2014 me juré a mí misma que en el 2015 viajaría a como diera lugar, sola, acompañada, al fin del mundo o a algún lugar dentro del país.

Así lo hice, dejé mi amado trabajo, toda mi rutina y decidí entonces salir por primera vez del país y emprender un viaje sola, todo por primera vez. Durante el verano pasado viajé como voluntaria internacional, hice tres proyectos de voluntariado en tres países distintos de Europa. También, cuando terminaba mis proyectos del voluntariado, emprendía viajes por mi cuenta.

Florencia, Italia. Ponte Vecchio

En Roma, para reservar mi hostal, solo me fijé en que éste quedara cerca de la estación Termini, y cuando llegué, ¡me llevé una sorpresa! la recepcionista me dijo que el famoso Coliseo y un montón de ruinas del imperio Romano quedaban a solo unos minutos de ahí, la felicidad no cabía dentro de mí. Roma me estaba esperando.

Durante dos meses viví un montón de experiencias, conocí a personas increíbles en el camino, aprendí de otras culturas, pero más que eso, me conocí a mí y me dediqué el tiempo que hace mucho no me dedicaba.

Stralsund, Alemania

Estuve en Italia, Alemania y Francia. Tuve la oportunidad de estar en algunas playas de Italia y otras en Alemania, jamás imaginé que podría conocer el Mar Báltico y el Mediterráneo (era un sueño). Conocí ciudades y lugares muy turísticos, pero también, gracias a mis proyectos de voluntariado conocí ciudades muy pequeñas que me permitieron conocer el estilo de vida local de los lugares a los que iba. Me sentía como Walter Mitty, por fin estaba viviendo mi sueño.

Castillo de Neuschwanstein, Alemania

Agradezco a Alan por ser la gran inspiración para mí y para muchos de los que lo seguimos, cuando mi amiga no me pudo acompañar le escribí a Alan y me aconsejó que me fuera sola y ¿saben qué?, viajar sola fue la mejor decisión que pude haber tomado, yo era dueña de mi tiempo y hacía con él lo que quería, me quedaba todo el tiempo del mundo en los lugares que yo quería sin depender de nadie.

Salgan del cascarón (o zona de confort), atrévanse a vivir sus sueños, tienen mucho que perder y todo por ganar. Emprendan el vuelo (literal jaja).